Inteligencia Artificial. Parte II

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Vale, alguien sale y mata al último león del mundo. Matar un león es como matar un oso a puñaladas: nunca es gratis. Y eliminar al último nos asegura un nombre en la historia, en 300 años habrá niños diciendo “uno de mis ancestros mató al último león” y en la era de comunicación siempre es mejor tener algo que decir.

Y bueno, la gente después de todo tiene hambre, y si no eres tú quien mata al león hay alguien más que quiere hacerlo y siempre habrá un pobre tipo en África dispuesto a ayudarte en lo que haga falta, y donde hay demanda hay oferta (hasta que no la hay). No te pagó a ti, le pagó a tu pobreza, y Julieta murió envenenada[i], 14,000 resumes para sustituir al CFO de Wall Street que fue entregado a los leones para acallar las protestas.

Te subes a un barco y eres un polizonte tratando de escapar de lo que sea que es tu entorno, una pesadilla esperando convertirse en un infierno, pero como expulsado no tienes más futuro que esos barcos sin bandera, navegantes genocidios ecológicos, y lo que sea qué suceda ahí está más allá de la ley humana, es difícil deslindar responsabilidades en aguas internacionales.

Un artículo de esos barcos sin ley:

http://www.nytimes.com/2015/07/19/world/stowaway-crime-scofflaw-ship.html?_r=3

Un libro de la gente que sobra en el mundo:

http://www.hup.harvard.edu/catalog.php?isbn=9780674599222

Una cría de ballena toma 600 litros de leche al día, un litro de leche de vaca cuesta $2 en el súper ¿Quién paga el precio de toda esa leche no producida cada que Gokú mata una ballena? Solamente un ejemplo del error que ha cometido la humanidad al no contemplar las externalidades en sus teorías económicas. Como especie nos enfrentamos a problemas que atacamos desde el punto de vista del individuo o grupo (corto plazo) pero que tienen una solución que debe ser definida como colectividad, el problema es uno primigenio: somos una especie lo suficientemente inteligente para transformar el entorno y obtener beneficios inmediatos, pero no lo suficiente para actuar a largo plazo.

Aquí es donde entra Mr. Roboto: debemos de aceptar que la efectividad de nuestras solicitudes de ayuda a seres superiores (Odín, el Elefantico de Ocho Brazos, el Espagueti Volador, etc.) ha sido, en el mejor de los casos, estadísticamente no comprobable, pero la necesidad de un ser superior que ponga orden y activamente tome decisiones es mayor que nunca.

¿Debería el ser humano entregar todo este poder de decisión a la inteligencia artificial? Es decir, en unos 20 años cuando tengamos la tecnología necesaria ¿programar una máquina para que tome todas nuestras decisiones económicas? “001 Mr. Roboto, we are not worthy, please take care of us” Las interrelaciones de nuestra actividad son demasiado complejas para la mente humana. Una súper computadora, por otro lado, podría hacerse cargo. ¿Pudiéramos darle el poder y esperar que no cierre la puerta de la cápsula?

[i] I. Romeo and Juliet

Act V – Scene I

Apothecary

My poverty, but not my will, consents.

ROMEO

I pay thy poverty, and not thy will.

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